Una casa que entiende su entorno, fue diseñada a partir de una gran roca existente en el corazón del terreno, de ahí nace su nombre “Corazón de Piedra”. Es una casa que danza con los árboles, respetando cada uno de los  jabines existentes y todos aquellos que fueron brotando durante su construcción. 

Su construcción fue iniciada en el 2020, empezando con una de las principales piezas de este hogar; la plantación de diversos árboles, entre ellos flamboyanes, makulis rosados, ceibas, caobas y robles, distribuyendose en la zona norte aquellos de colores fríos, y en la zona sur los árboles de floración cálida. 

Esta casa pretende ser el escenario de toda una generación, su forma semejante a un siete al revés, fue dada gracias a los árboles existentes y a la orientación norte. Cuenta con un carril de nado semi olímpico como eje de todo el proyecto atravesando la estancia principal y rematando con un chapoteadero infantil. Es una casa de un solo piso con tres recámaras, techos a doble altura, y un roof top para disfrutar de los atardeceres y noches estrelladas. 

Este hogar ofrece una vida de descanso y de eternas vacaciones, con diversas hamacas, columpios y redes. Es autosuficiente, cuenta con un huerto frutal, y se esconde debajo de majestuosos árboles, pasando la arquitectura a un segundo plano, siendo la naturaleza la protagonista de este escenario.